Foto: Ana Santos Payán |
Me pregunto si puedo culpar al mar de todos mis trastornos. Si el viento vuelve loco al legañoso. Si en el sur el sol escuece o quizás lame. Es fácil preguntarse. Es fácil ignorar. Más complicado es el cielo. Más. Cerrar con hilo el odio que desprende el cuerpo.
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