Foto: Ana Santos Payán
HILO DE NADIE
Aquí, entre tantos círculos
rotos,
el acto de mirar queda hecho trizas.
Incluso el aire, que no tiene límites,
descubre cada nudo oculto en él
y besa el laberinto.
¿Cómo resolverán la luz, el viento
su paso por tan tensa encrucijada?
Desdoblar,
agrietar
un núcleo y ver que crece
hacia otra identidad,
ebrio en perfiles.
Oficio de la seda,
hilo de mí,
de ti,
hilo de nadie,
devanarse la mente, el corazón
desde ese centro negro,
entretejer sin fin astros ficticios
y tender esa red hacia la vida
-la más preciada presa-
sin descubrir jamás quién caza a quién.
Lorenzo Oliván, La noche a tientas, El Gaviero Ediciones, 2006.
2 comentarios:
Precioso poema. Ahora entiendo de dónde se ha sacado Oscar el título de su programa.
Un abrazo fuerte a los gavieros. Volvemos con fuerzas redobladas... (miento, la verdad es que se man gastado empeñadas en tanto disfrute)
Pepe
qué bonito...
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