Foto: Ana Santos Payán
Mi nombre es Nauta
Me hago a la bañera
y espío por el ojo
del desagüe.
Estalactitas de gel
apuntan al poso
de la deserción, al
nido de los cabellos
sin ángel –hospital
de tu recuerdo lleno
de burbujas–. Ese
gran escenario marino
contiene casi todas tus
muecas y olores. Casi
todos tus brazos (los
que eran amenazantes
y producían asma).
Todas las fusas y
garrapateas – eas – eas
de la historia, están ahí,
buceando la lírica del agua:
Mi nombre es Nauta
Me hago al jabón de
olor y a sus pompas
irisadas. Siempre
que no me ven,
me dejo avenar con la
espuma.
Maite Dono, Manta de sombra, 1996.
Me hago a la bañera
y espío por el ojo
del desagüe.
Estalactitas de gel
apuntan al poso
de la deserción, al
nido de los cabellos
sin ángel –hospital
de tu recuerdo lleno
de burbujas–. Ese
gran escenario marino
contiene casi todas tus
muecas y olores. Casi
todos tus brazos (los
que eran amenazantes
y producían asma).
Todas las fusas y
garrapateas – eas – eas
de la historia, están ahí,
buceando la lírica del agua:
Mi nombre es Nauta
Me hago al jabón de
olor y a sus pompas
irisadas. Siempre
que no me ven,
me dejo avenar con la
espuma.
Maite Dono, Manta de sombra, 1996.
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