Foto: Ana Santos Payán |
Muerte por agua
Phlebas el Fenicio, muerto hace quince días,
olvidó el clamor de gaviotas, y el hincharse del hondo mar
y la ganancia y la pérdida.
Una corriente submarina
recogió sus huesos en susurros. Al levantarse y caer
atravesó las etapas de su vejez y juventud
entrando en el remolino.
Gentil o Judío
oh tú que das vuelta a la rueda y miras a barlovento,
considera a Phlebas, que fue en otro tiempo tan gallardo
y alto como tú.
T.S. Eliot, La tierra Baldía, (1922).
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