Alguien habló de Mutis en una de las clases de doctorado, Pedro anotó aquel apellido enigmático y empezó a leer sus novelas y su poesía. Así llegó El Gaviero a nuestras vidas.
Hoy, al despertar, varios
mensajes de amigos se adelantaban a la noticia, sentían la muerte del
estratega. No imaginaba entonces la cantidad de sentimientos y recuerdos que la
noticia podía suscitar.
Alvaro Mutis no sólo nos enamoró
con su prosa y su poesía y nos dio las pistas para seguir a otros mucho escritores
como Marcel Schwob. Él creó a Maqroll El Gaviero y en torno al mismo todo un
universo de desesperanza y erotismo, con títulos y personajes tan maravillosos
como Abdul Bashur soñador de navíos o
aquella Ilona que llegaba con la lluvia. Él puso nombre a nuestro proyecto
literario, a nuestra apuesta por la poesía.
Dar nombre es en esencia dar
vida. Y aquí estamos casi diez años después, aprendiendo a ser huérfanos.
Recordando aquella primera carta que llegó desde México y que nos hizo temblar
de arriba abajo, en la que nos decía que se le habían subido las lágrimas al
recibir el dibujo del barco Tramp Steamer que le mandaba Luna.
Si alguna vez nos atrevemos a
montar una editorial la llamaremos El Gaviero Ediciones. Sucedió. Gracias Maqroll por seguir vigilando el
horizonte.
Qué
vasto silencio impone su terso navegar sin estela. Va sin miedo a morir entre
la marejada rencorosa de un océano de aguas frías y violentas.
Álvaro Mutis
No hay comentarios:
Publicar un comentario