La literatura en general está llena de animales
Alejandro Luque
Es sabido que Juan Bonilla ejerce de escritor todoterreno y a tiempo completo, pero sus dos últimas entregas son una sorpresa incluso para sus lectores más fieles: una es una versión del poemario de Eliot que inspiró el musical Cats, la otra un poemario para niños.No es la primera vez que Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966) escribe para el público infantil, pues ya en el año 1996 lanzó Multiplícate por cero. “Es mi best-seller, ya va por la sexta edición”, asegura. Esta vez, sin embargo, ha querido ir un poco más lejos, y se ha propuesto hacer una traducción “muy libre, pero sin perder el sentido original” del Libro de los gatos sensatos de la vieja zarigüeya, el único poemario para niños del gran poeta estadounidense T. S. Eliot, que ha visto la luz en El Gaviero con magníficas ilustraciones de Laia Arqueros. “Se trata, probablemente, del libro de poesía más famoso del siglo XX, el único que se convirtió en un musical. Empecé con él un poco por jugar, y acabé haciendo la traducción completa. También me atraía la idea de que estos poemas siempre hubieran aparecido en ediciones para adultos. Un niño no sabe quién es Eliot, por tanto valorará los poemas por sí mismos, sin prejuicios”, agrega. Gatos eliotianos que vienen a sumarse a los romanos de Rafael Alberti, a los gatos domésticos de William Burroughs... “Sí, están muy presentes desde Lope, incluso mucho más atrás... La poesía, la literatura en general, está llena de animales. En todos los sentidos [risas]”, apunta el escritor.Amigos. Al tiempo que urdía sus versiones, Bonilla iba escribiendo Los invisibles (Hiperión), un poemario ilustrado por Rafael Baena Pastor donde hace repaso de todas las variedades de amigos invisibles que pueda imaginarse, “desde el abuelo que ha muerto pero sigue acompañando al niño hasta el Ángel de la Guarda o cualquiera de esos seres que los niños inventan para no sentirse solos”, comenta Bonilla, que también acaba de lanzar una antología poética de su amigo Jesús Aguado.Para el autor, es muy importante “no hacer ningún esfuerzo por sentirse especialmente infantil. Uno de los grandes problemas de la poesía infantil es que parte de la base de que el niño es tonto. Yo escribo poéticamente lo que me da la gana, no me paro a pensar si puedo o no utilizar ciertas palabras. Los textos están ahí para quien quiera acercarse a ellos, y quien no entienda algo que consulte el diccionario o pregunte a su profesor”, asevera.Para terminar, se le pide al escritor que hable de sus proyectos a corto y medio plazo. Por ejemplo, ¿para cuándo la esperada biografía de Terenci Moix que tiene entre manos? “Pase a la siguiente pregunta”. ¿Es cierto que saca libro nuevo de relatos el año próximo? “Sí, en febrero, pero el título es un secreto”, concluye.
Fuente: El Correo de Andalucía, 19 de noviembre de 2008
1 comentario:
Ya le he hablado a mi hijo de los gatos del Gaviero, así que espero hacerme esta semana con él. Me dijisteis que está en la Picaso ¿verdad?
Imagino que la garbanzada, a estas alturas, estará completamente digerida, así que a trabajar, gandules, que mañana es lunes.
Salud y abrazos.
pepe
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