miércoles, 19 de agosto de 2009

cuaderno estival 9

Foto: Ana Santos Payán

Umbra sin respirar

Repiqueteo sordo de lluvia en el salón. Silencio lacerante en la cocina. Umbra cerró la puerta de su habitación por dentro. Había aprendido a retener en su interior tan solo el humo de un cigarrillo mientras leía sentada en la ventana. Le sentaba bien a su flaca sonrisa mientras sus pies palidecían muriendo de placer. Amaba al poeta porque escribía con hambre de pureza, como Baudelaire.

Un pájaro azul se posó en el alféizar y la miró un instante. Ella le echó el humo, que se detuvo en arabescos contra el cristal. El pájaro se fue volando. Los ojos grises de Umbra se ensombrecieron. Se le había caído la risa entre la estantería y la pared, y no encontraba el momento de ir a buscarla.


Natalia Manzano, Apnea, El Gaviero, 2005.

2 comentarios:

Dr. Flasche dijo...

Me gustó!

Julio Castelló dijo...

Descubrí hace ya un tiempo su poesía y su blog gracias a vosotros.