¿Se puede retratar una obra literaria?
Franz Kafka pide que lo amen tiernamente en una de las ilustraciones de "Hiperhíbridos". Crédito: Pablo Gallo.
A menudo los escritores son sujeto de un cierto tipo de retratismo que busca ponerlos bajo una luz nueva mediante la exageración de uno o dos rasgos de su apariencia física; este caricaturismo suave (cuyos principales representantes en el ámbito hispanohablante son el uruguayo Hermenegildo Sábat, el argentino Agustín Sciammarella y el español Fernando Vicente) se propone como una alternativa aceptable a la fotografía de autor y sus manierismos (de los que espero poder hablar aquí en alguna ocasión) y es más eficaz a la hora de dar cuenta del universo privado del escritor que la invariable sucesión de gestos en la que se agota la interacción entre un autor y su fotógrafo.
A este tipo de caricatura de autor se le opone el tipo de retratismo del españolPablo Gallo (1975), coautor de El libro del voyeur (2011) y del volumen de relatos y poemas de Nacho Vegas Política de hechos consumados (2009). Gallo no exagera ninguno de los rasgos físicos de los autores que retrata (una larga lista, en la que se encuentran J.G. Ballard, Susan Sontag, Samuel Beckett, Herta Müller y Yukio Mishima), pero complementa el realismo de sus retratos con procedimientos destinados a ofrecer un suplemento de sentido en su presentación de los autores.
El primero de esos procedimientos es el de la yuxtaposición del rostro de cada uno de los escritores retratados con el cuerpo de alguna figura proveniente de la cultura popular contemporánea: Juan Benet aparece "disfrazado" de Bugs Bunny, Simon de Beauvoir es la Blancanieves del filme de Walt Disney y Rafael Alberti el Capitán Trueno; el cómic ofrece buena parte de los modelos para estas yuxtaposiciones, pero también es posible encontrar referencias a la música popular, a marcas comerciales y a filmes, que "editorializan" cada uno de los retratos.
A este procedimiento se suma el del retrato grupal, que propone vecindades insospechadas desde el punto de vista de la historia de la literatura: una "Familia Monster" conformada por una de las hermanas Brontë, Bram Stoker, Howard P. Lovecraft, Edgar Allan Poe y Mary Shelley; los cubanos Severo Sarduy y José Lezama Lima como el dúo cómico El Gordo y El Flaco; una hipotética banda de tributo a los Ramones compuesta por los muy punkRamón María del Valle-Inclán y Ramón Gómez de la Serna y por el ligeramente menos aguerrido Juan Ramón Jiménez.
Un tercer procedimiento al que recurre Gallo es la yuxtaposición de las imágenes con los textos firmados por "Basho Bin-Ho", cuyo vínculo con los retratos a veces es absurdo, brilla por su ausencia o consiste en la cita literal, pero todas las veces arroja una sombra inquietante y humorística sobre la ilustración: Marcel Proust promociona una magdalena que "potencia tu memoria. Híncale el diente", Javier Marías aparece como boxeador y el epígrafe de la imagen (que sólo comprenderán quienes conozcan la bibliografía del autor) es: "El fajador / ante la negra espalda / del tiempo: K.O."; Roberto Bolaño "es" Harry Potter y el texto de "Basho Bin-Ho" propone "the magic number 2666"; etcétera.
En todos los casos se trata de procedimientos destinados a producir un extrañamiento, entendido como el tipo de efecto que tiene lugar cuando aquello que ya hemos visto muchas veces nos provoca una impresión de novedad que creíamos perdida tras nuestra primera confrontación con el objeto o el sujeto observado. Al contemplar los dibujos de Pablo Gallo ("al leerlos" he estado a punto de escribir) el extrañamiento que tiene lugar nos obliga a reconsiderar nuestras opiniones sobre ciertos autores y a verlos bajo una luz distinta; claro que la paradoja es que esos autores nos resultan extraños y nuevos debido a que Gallo desvirtúa irónicamente su apariencia física para ser fiel a la visión interior que se desprende de su obra; aun cuando esa visión interior esté filtrada por la interpretación juguetona del español, hay algo en todos estos Hiperhíbridos que retrata mejor a los escritores y a su obra (y a los vínculos sutiles que se producen entre ambos y con la sociedad) que el arte supuestamente más fidedigno (y, por tanto, menos representacional) de la fotografía.
¿Se puede retratar una obra literaria? No su soporte material, sino su contenido y la visión interior del autor que la ha producido y la forma en que esa obra dialoga con otros elementos de la cultura de su época, ¿es todo ello susceptible de ser retratado? Pablo Gallo responde afirmativamente a estas preguntas, y de sus respuestas (plasmadas en retratos iluminadores) surge este libro.
Pablo Gallo
Hiperhíbridos
Textos "Basho Bin-Ho"
Pról. Eloy Fernández Porta
Almería: El Gaviero, 2011
Hiperhíbridos
Textos "Basho Bin-Ho"
Pról. Eloy Fernández Porta
Almería: El Gaviero, 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario