jueves, 22 de marzo de 2012

Palabra hecha de sangre y agua: pequeña antología de poesía líquida

A Elena Pedrosa, Ynma Niego y Teresa Claramunt

Tu palabra,
hecha de sangre y agua.
Teresa Domingo, Luzbel de penumbra

Lo primero es un punto, lo segundo un movimiento, lo tercero una línea, lo cuarto una figura geométrica, diez, cien, miles de ellas. Lo quinto es el agua. 
Agua que fluye por las venas del mundo. Quizá los muertos se muevan bien en el agua. Agua de Samarra, de Kairuán, de Al-Ándalus, porque ellos siempre amaron el agua. Cómo no amar lo que no se tiene. 

El único lujo aquí
es el agua caliente.
La certeza de tener
una piel
limpia.
La dignidad del gesto,
gota a gota,
sin jabón ni perfume.

El agua me llegó
inesperadamente (o desesperadamente?) hasta las rodillas, los muslos... El agua,
otra vez, sube por mi cintura hasta el pecho blanco y pequeño, me toca los labios.
Al final, un frescor in fi ni to de algas y sal in-va-de todo mi cuer po. ¿Qué tiene la
alegría? ¿De dónde nace? Como la tristeza va y viene, viene y va.
Elise Plain, Pan para la princesa

Y tu espejismo es agua
y el agua no se sacia desde el ay de la alquimia enterrada en el umbral de “Aanat”
el ay es el secreto de la creación
y el de la memoria
Fatena al-Gurra, Excepto yo

Glosa de Waldo Leyva: “Toda el agua que hoy limpia, lo más seguro es que mañana manche.”

Recitaban, los labios, las olas del placer.
De agua,
esencias de vida fluyen en nuestros cuerpos.
Carles Duarte, Los inmortales

Rebotamos contra las paredes de esta cárcel del idioma, instalada sobre la estera de un desierto. Qué pájaro querrá beber de este charco de autocomplacencias. Qué humano se contemplará en toda esta agua por la que circula con lentitud de vaca el universo. Una huella seca significa más que esto, relata mejor lo que se entusiasma y se pudre.
Estíbaliz Espinosa, papel a punto de

Cuatro pasos de agua son frontera
entre su ombligo y la autopista.
Confío en la ruta de mordiscos de su espalda.
Elena Medel, Vacaciones

Se abren grietas en el suelo. El agua fluye por la cascada de Shiraito; ahora mis pies descansan.
Pablo López Carballo, Crea mundos y te sacarán los ojos

Pregón de lejanía y socorro
como una olvidada noche de agua.

Este pájaro no sustituye a la teoría
pero su fe amarilla
en el espacio nos hace débiles
como el agua.
Alberto Santamaría, Interior metafísico con galletas

Pinos, penumbra.
El agua del crepúsculo
apaga el bosque.
Eduardo Moga, Los haikús del tren

Deseas pensar, pero tu mente poco a poco se va hundiendo en la lluvia febril. En el aullido que desnuda las aguas. Tu mente, frente a algo inconcebible que emerge de las aguas, desapareciendo,
dejando de ser.
Raúl Quinto, Idioteca
Agua en la noche,
da a mi incierto interior
sonoros
hilos.
Y un norte
siempre en fuga.
Y una abstracción
de viajes.
Lorenzo Oliván, La noche a tientas

Terminarás por casarte con ella, ya lo verás, no digas de este agua no beberé porque el agua puede convertirse en vino, es ley de vida.
Pedro Casariego Córdoba, Qué más da


Antología ampliada el 22 de marzo de #2013añopoético

Digamos que como Cristo camino sobre las aguas
Veo el nombre
El nombre, en el ronsel de las aguas
Se dibuja el nombre después de cada naufragio
Maite Dono, Sobras

Escribí Copérnico en el agua y
se formaron 300 órbitas azules.
David Meza, El sueño de Visnu


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1 comentario:

NubOsidad VaRiable dijo...

Muy apropiados para la invocación del agua tan ansiada!!
Chapó, como siempre.

Saludos