Foto: Ana Santos Payán |
PARA ELISE
Elise Plain
Elise es blanco,
azul, mirada, pan, voz, clamor...
Elise es el rumor de la primavera, una voz sinfónica, un cuaderno que se agita...
Elise es el rumor de la primavera, una voz sinfónica, un cuaderno que se agita...
...un antídoto para
mí.
Elise me dio de
comer cuando yo era pobre. Me prestó un árbol escrito sobre una cuartilla de
folio y me dijo: Alto y fuerte: ¡ár-bol!
Para ti, con hambre,
con sueño, con cariño (jeudi) en trece.
Se difumina en
versos, se abre en acantilados, se confiesa en el abismo y reza para que el
insomnio sea una mentira. Pero no sabemos rezar y nos quedamos los dos en
silencio mientras las páginas pasan...
me llevo tu sur
Es mi hora de irme, casa.
y ya siempre sonarán unas notas de música.
Quién sabe.
por los espacios que fueron míos,
en las tardes en las que, ya sabes
Es mi hora de irme, casa.
y ya siempre sonarán unas notas de música.
Quién sabe.
por los espacios que fueron míos,
en las tardes en las que, ya sabes
o contaba
y así mi espíritu, sea del color que
sea
noche tras noche la respiración de
la ciudad entraba
y salía por mi balcón perpetuamente abierto
y salía por mi balcón perpetuamente abierto
Abierto para el
universo, la poesía, los llantos, el adiós que alguien nos dibuja desde el
andén. Nosotros, montados en el coche cama, detenido en la vía fantasma, leemos
un atardecer, pintamos de azul la noche y buscamos una sábana para tapar las
mentiras que perderemos en el trayecto.
Próxima parada:
tristeza desvanecida. Acantilados sin olas. Poetas muertos, hartos de sexo...
sábana en domingo y que el viento
haga de las suyas
una puta
a la que follan cientos de poetas
una puta
a la que follan cientos de poetas
Elise: palabra,
frase, anagrama... Elise, palabra tatuada en su cuerpo, frase convertida en
religión, piedra, camino, flor... Luego nos mutilarán. Al final del viaje. No
lo sabemos pero lo recitamos. Porque sí recitas, presumes un poema que se
vuelve al estado etéreo para ser violado por el infame exterior, por la
inclemente atmósfera...
(pero al fin, flor azul)
(fíjate bien en las palabras que he
empleado)
pobrecita princesa ana, te doy mi
corazón -mojado
sin pedir permiso -toma
y me voy.
sin pedir permiso -toma
y me voy.
Pero vuelve, porque
todo es breve, como la poesía, los acuarios, los mares, las noches, la
angustia, el verso, todo es... mutilados nos quedamos, amantes de lo imposible,
culpables de jugar con la oscuridad, condenados a mentir mientras haya destinos
que nos puedan inventar en un billete de tránsito.
El olvido es como la muerte.
Sueños.
Espero que tengas buena noche.
Sueños.
Espero que tengas buena noche.
Elise
Plain: «Pan para la princesa», El Gaviero Ediciones.
Fuente: El cuento del loco
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