viernes, 2 de noviembre de 2012

Recuerdo de Pier Paolo Pasolini: Inopia.


Pier Paolo Pasolini (5 de marzo de 1922 - 2 de noviembre de 1975)

Foto: Ana Santos Payán


Cincuenta y cuatro

La inspectora Sofía Carano hizo tres anotaciones en su habitual cuaderno la mañana siguiente a la muerte de Marco Pantani. Una de ellas la recuadró con tinta roja.

La primera. Recuerdo que hace años vi una foto de Marco Pantani en un periódico. Aunque resulte difícil de creer, puede que sea la única que haya visto. De ahí que la visualice con una precisión casi mecánica, poco consciente. Él estaba tumbado en una camilla y se había despojado de la camiseta. Al parecer, la imagen la tomaron mientras pasaba uno de los rutinarios controles médicos y tenía el pecho plagado de ventosas, en una de las muñecas una especie de sensor y, del lado izquierdo, salía un brazo, supongo que del médico, que le estaba haciendo una ecografía en la base del cuello. Su mirada, ya por entonces, era de una tristeza intensa y seductora. Y, salvo por la ausencia de pelo, daba la sensación de que se trataba de un niño al que algunas piezas de la vida le encajaban más bien mal. En el pie de foto se recogía su nombre, también el del fotógrafo, y la ciudad en que había sido captada. Marco Pantani, Milán. Peter Dejong / AP. 

La segunda. Cafetería, junto al hotel Le Rose. 10 a.m. Inspector Naldini.

La Tercera. Pier Paolo Pasolini:
¡Piedad, piedad!
Gente normal,
me condenáis:
a temblar,
a odiar,
a ocultarme,
a desaparecer…
El que es diferente
–decís vosotros– no puede
quedarse ni un poco
¡aquí entre nosotros!


Juan Manuel Gil, Inopia, Fragmento


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