domingo, 27 de octubre de 2013

El gaviero y el mar: fragmentos literarios para navegantes

Foto: Ana Santos Payán

Y supe también que, cuando ese mar está en una calma aún mayor, ya no se distinguen ni los peces, sino solo el agua, el agua sin más. Pero a los seres humanos no suele bastarnos con los peces, y mucho menos sim­plemente con el agua; preferimos las olas: nos dan la impresión de vida, cuando lo cierto es que no son vida, sino solo vivacidad.

Pablo d’Ors, Biografía del silencio, Breve ensayo sobre meditación, Siruela.





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