Como el molusco en fósforo marino:
En mí repercutía la sal rota
Y mi propio esqueleto construía.
Cómo explicar, casi sin movimiento
De la respiración azul y amarga,
Una a una las olas repitieron
Lo que yo presentía y palpitaba
Hasta que sal y zumo me formaron:
El desdén y el deseo de una ola,
El ritmo verde que en lo más oculto
Levantó un edificio trasparente,
Aquel secreto se mantuvo y luego
Sentí que yo latía como aquello:
Que mi canto crecía con el agua.
Pablo Neruda, Memorial de Isla negra, Seix Barral, Barcelona, 1964.
(Seleccionado por María del Mar Domínguez)
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