jueves, 28 de febrero de 2013

Seguimos sumando sur en la gavia



Alejandra Vanessa (Córdoba, 1981), El hombre del saco.

Álvaro Salvador (Granada, 1950), Después de la poesía. Aforismos.

Ana Tapia (Almería, 1974), El polizón desnudo. 

Antonio García Fernández (Almería, 1977), La eterna promesa.

Antonio Portela (Huelva, 1978), Ciudadano romano.

Begoña Callejón (Almería, 1976), Cenicienta en sangre.

Camilo de Ory, 300.

Cristina Llorente (Almería), portadas colección Cuarto Menor e ilustraciones de Almanaque poético.

Elena Medel (Córdoba, 1985), Vacaciones.

Germán Guirado (Almería, 1975), Menos tú.

Isabel Aranda (Almería, 1962)Una mirada más.

Juan Bonilla (Jerez, 1966) y Laia Arqueros (Almería, 1985), Libro de los gatos sensatos de la vieja zarigüeya de T.S. Eliot.

Juan Manuel Gil (Almería, 1979), Inopia + Mi padre y yo.

Juan Pardo Vidal (Almería, 1967), Tus muertos.

María Eloy-García (Málaga, 1972), Cuánto dura cuanto. Seguido de un poema fotonovelado.

Natalia Manzano (Almería, 1980), Apnea. Método de inmersión.

Laura Rosal, Almanaque poético. Doce poetas para un año. 

Elena Medel, Rafael Espejo, Lara Cantizani, Alejandra Vanessa, Eduardo García, Álvaro Salvador, Rafael Ramírez Escoto, Juan Manuel Gil, Cayetano Salvador, Ángel Arqueros: Que la Fuerza te acompañe. May the Force be with you.

Carlos Horacio Valera, Sol Úbeda, Juan Enrique Moya, Elena Pedrosa, Javier Roz, Alejandro Ortega, Pepa Cobo, Patricia Martínez, Fran Úbeda, Aurora Rumí, Mª Ángeles Hernández Marín. Maki, Ramón David Morales, Carmen Hernández, Ana Canteras, Rocío Arana, Diego de Haro, María G. de Azcárate, Santiago Girón y Joaquín López Cruces: Ilustradores.


(Feliz Día de Andalucía para todos)

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miércoles, 27 de febrero de 2013

Maite Dono: improvisación sobre un pez

Hago círculos con la boca
Mi improvisación sobre un pez:

Pez crucial
Pez frágil
Pez de la calle
Pez abanico
Pez lunático
Pez somero
Pez solo
Pez de noche
Pez tonto
Pez prurito
Pez pezón
Pez pe´zquico
Pez out of pecera
Pez sin tierra
Pez pesaroso
Pez nefasto
Pez de la suerte
Pez con dios
Pez de la barbarie
Pez acólito
Pez en pie de guerra
Pez sentado
Pez orondo
Pez atrasado
Pez estólido
Pez altanero
Pez mío!
Pez ribeteado
Pez árido
Pez namibio
Pez clásico
Pez perezoso
Pez vocal
Pez sónico
Pez castro
Pez urdidor
Pez blablabla
Pez orgánico
Pez pozo
Pez índigo
Pez índico
Pez snow
Pez pazguato
Pez libre
Pez Venus
Pez loco
Pez sordo
Pez adiós
Pez máscara
Pez cíborg
Pez sibilino
Pez nata
Pez drago
Pez chamán
Pez torre
Pez pececillo
Pez árdora
Pez leche
Pez reflujo
Pez pedo
Pez puntilla
Pez molime
Pez piedra
Pez, sí
Pez bicoca
Pez pardiez!
Pez mus
Pez sal
Pez de etiqueta
Pez blue
Pez bleue
Pez maraña
Pez surco
Pez azada
Pez sin familia
Pez moro
Pez cíclico
Pez pira
Pez chocolate
Pez tiza
Pez gurú
Pez romo
Pez ridiculous
Pez sobrio
Pez ebrio
Pez al horizonte
Pez shssss!
Pez caja de caudales
Pez tribu
Pez merienda
Pez mocoso
Pez limón
Pez autárquico
Pez rimbombante
Pez Rimbaud
Pez rubor
Pez famélico
Pez soez
Pez laio
Pez erradicado
Pez baranda
Pez trasero
Pez álgido
Pez hermético
Pez egipcio

Pez susurro
Pez susurro
Pez susurro
Pez susurro
Pez susurro

Dicen que en verdad me parezco a un pez
Mi boca de pez
Mis ojos de pez
Mis manos, mi sexo de pez
Soy un pez mire por donde se mire

Maite Dono, Sobras, 2013, fragmento.

Entrada dedicada  a Laura,  gaviera de peces.


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martes, 26 de febrero de 2013

El gaviero y el mar: fragmentos literarios para navegantes.

Óscar Santos. Foto de Anna Belén García

CATALEJO DE CAPITÁN

Se lo compré en Nápoles a un vendedor ambulante. Debió de pertenecer al capitán del velero María, que se hundió aquí, cerca de la Costa Dorada, un día soleado y en misteriosas circunstancias.
Extraño objeto. No importa adónde lo dirigieras, que sólo se veían dos tiras azules: una de color zafiro oscuro y otra celeste.

Zbigniew Herbert, Poesía completa, Lumen.


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lunes, 25 de febrero de 2013

La nave de José Pablo Barragán por Antonio Mochón


Tras visionar cualquier telediario, entre sucesos, crónicas deportivas o políticas (estos días el gran debate sobre el estado de la nación), habría que preguntarse si la ciencia ficción no es en definitiva un componente estructural de toda narrativa, incluida la de nuestra existencia. La nueva realidad y su lenguaje propio, esa construcción cómplice de los medios y las instancias de poder difuso, se lo pone difícil a nuestro optimismo antropológico. Aquella suspensión de la verdad que admitía como buenos los taxis voladores de Blade Runner. La misma que hoy no tiene más remedio que admitir el apocalipsis seriado desde el sofá, en HD. La ciencia ficción está pasando una dura prueba: la de medirse con una realidad difícil de batir que hace que los relatos distópicos, de cándidos ejercicios de imaginación, se conviertan en inquietantes reflejos de nuestro tiempo.

Sea como sea, material narrativo y, ahora, también poético con La nave, de José Pablo Barragán, poeta sin problemas para versificar lo que le echen. En el poema “Soylent Green” se atreve con la actualización del clásico “Amor constante más allá de la muerte” en lo que vendría a ser un principio de ensayo sobre Quevedo y el materialismo. El alarde versificador tiene como colofón el poema “Tiempo y tiempos”, una versión ­­–traducción literaria– de “Tempo e tempi” de Montale.

Hecatombes, realidad virtual o mutaciones no son nada comparados con la imagen de un funcionario registrando la memoria del universo y completando así el mayor de los expolios, pues supone desposeernos de lo único que nos pertenece: nuestra muerte. El no-tiempo en el que se desarrollan estos poemas resulta que es el nuestro. Por eso La nave, además de maravilla científica, es una morada humana (Tomás Salvador, autor de La nave, primera novela española de ciencia ficción) para quien busca refugio de esa epidemia llamada felicidad de las masas. Los modernos dispositivos de placer (Lipovetsky) hacen realidad el mito romántico de la evasión a un paraje exótico o al menos algún sitio lo suficientemente alejado. Todo vale en la causa común de este gran simulacro, el último remanso en el que confiar y tener fe. “Por un precio asequible hacemos realidad todos sus sueños”: nuestros mitos convertidos en mercadotecnia. El grado más alto de consumo: consumimos nuestra propia historia.

“Mi vida son recuerdos implantados”, esta versión del verso machadiano, pasado por Philip K. Dick y mezclado con Ridley Scott, nos da idea del lugar donde nos sitúan los poemas de ciencia ficción de José Pablo Barragán: en el presente atemporal. El tiempo que predijo Eliot con sus hombres huecos convertido en la sospecha de si no estaremos ya hechos de recuerdos implantados. Las redes sociales, con Facebook a la cabeza, suponen el inicio de la impostura que nos cambia la ilusión de libertad por soledad. Aprender este nuevo lenguaje que nos dice supone manosear la mentira. Y esto no nos hará más libres, sino más perversos.

El Gaviero sabe moverse bien en lo limítrofe. Quizás porque en los límites es donde corremos el riesgo de encontrarnos. 


IMPOSTOR

We are the hollow men
T.S. Eliot

Esos huesos fundidos por el láser
que yacen ante mí fueron un día
mis huesos o eso hicieron que creyera
los científicos locos funcionarios
u oscuros oficiales del ejército
que vertieron cadenas de ADN
en el núcleo de un óvulo vacío
con quién sabe qué sádicos propósitos

No soy más que un fantasma una quimera
surgida de un matraz
en un laboratorio de genómica

Mi vida son recuerdos implantados
Nunca estuve en París No hubo aquel muro
junto al que descubrí cómo sabían
los besos a los quince
Mi hermana no murió en un accidente
jamás se entrelazaron nuestras manos


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sábado, 23 de febrero de 2013

9 años 9 libros. Sorteo.


Cumplimos nueve años y queremos celebrarlo regalando libros. Sortearemos un lote de nueve libros. Uno por cada año cumplido. 

Participar en el sorteo es muy fácil, sólo debes residir en España y seguir estos tres pasos:

Paso 1 - Seguirnos en Facebook: https://www.facebook.com/ElGavieroEdiciones y en Twitter: @anagaviera.

Paso 2 - Compartir este sorteo en el perfil de, al menos, una de estas dos redes sociales.

Paso 3 - Dejar un breve comentario en esta entrada acerca de lo que significa para ti ser gaviero.

Puedes participar hasta el día 28 de febrero. El día 1 de marzo daremos a conocer al ganador.

El lote de libros se compone de los siguientes títulos:

2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013

¡Mucha suerte!

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miércoles, 20 de febrero de 2013

Cristina Llorente, arte en la gavia

Nació en Almería, se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Granada y actualmente reside en Barcelona. Como ilustradora ha participado en exposiciones, impartido talleres de ilustración, colaborado con diversos magazines y aparece en el Atlas de la Ilustración Contemporánea publicado por Mao Mao Publications. Trabaja para Editorial El Gaviero en su colección Cuarto Menor. En sus ilustraciones busca trascender el sentido de algunas cosas y las palabras escritas, deshojarlas como margaritas, y sobre todo, ir evolucionando y nuevos proyectos.


Ilustraciones para la colección Cuarto Menor.

Ilustración para Sobras de Maite Dono

Ilustraciones para Almanaque poético. Doce poetas para un año.
Ilustración para Idioteca de Raúl Quinto

Ilustración para el número 20 de la Revista Salamandria, dedicado al Círculo.

El Gaviero agradece a Cristina su confianza y su visión del mundo.


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domingo, 17 de febrero de 2013

CUARTO MENOR NO ES TAN PEQUE

En 2006 nacía esta colección de El Gaviero para publicar los poemarios que por su extensión no entraban en el cuerpo de Guairo. Tanto el formato como el nombre de la colección hacen referencia a un corte clásico en el mundo editorial. Todas las cubiertas han sido diseñadas e ilustradas por Cristina Llorente de forma que el estilo de esta serie es hoy bastante reconocible.
Los dos primeros títulos –Cantos del dios oscuro y Cuánto dura cuanto– se agotaron rápidamente y se han convertido en libros de culto. En el caso del segundo de ellos se optó por una reedición ampliada con el primer poema “fotonovelado” de la historia. María Eloy-García sigue tronchándonos de la risa con su sopera y las hazañas de Muriel.
Kepa Murua, Cantos del dios oscuro
Poema fotonovelado de María Eloy-García
Cuarto Menor ha ido creciendo poco a poco y cuenta ya con ocho títulos que sintetizan el panorama poético más actual. La potente creatividad de la poesía vasca está representada por los libros de Kepa Murua y Harkaitz Cano. La elegancia de las poéticas catalanas llega con la primera apuesta bilingüe de la editorial en el poemario de Carles Duarte, y con la inquietante propuesta de Teresa Domingo. La música y la poesía se abrazan en el proyecto de Javier Corcobado: Yo quisiera ser un perro. Y por último los dos títulos de la poeta punk Maite Dono enlazan con la magia gallega.


Teresa Domingo, Luzbel de penumbra
Las Sobras de Maite, vomitadas sin reparo alguno sobre el Vitalmatt de 100 g, dejan un rastro, un olor, que nos dice que algo ha cambiado, no, Cuarto Menor no es tan peque.


CUARTO MENOR
El lugar de la poesía

Ilustración: Cristina Llorente
Kepa Murua , Cantos del dios oscuro
Carles Duarte, Los inmortales
Maite Dono, Circus girl
Teresa Domingo, Luzbel de penumbra
Maite Dono, Sobras

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viernes, 15 de febrero de 2013

Preventa del poemario Sobras de Maite Dono. Aprovecha la oportunidad.

En menos de dos semanas tendremos en El Gaviero, Sobras, el nuevo poemario de Maite Dono.
Para celebrar el noveno aniversario de la editorial, hemos planteado una preventa del mismo, con una interesante rebaja en el precio. Durante los días previos a su aparición, el libro podrá comprarse a 14 euros. 
Podréis formalizar vuestra compra a través de nuestro formulario web: www.elgaviero.com (venta on-line). 
Por supuesto, seréis los primeros en recibir vuestros ejemplares cuando el libro vea la luz. 

Aprovechad la ocasión.

Oferta válida hasta el 28 de febrero.



En esta ocasión, leer a Maite Dono podría recordar a aquello que las mamás nos decían de pequeños: cómete eso, que no sobre nada, las comida no está para tirarla. Efectivamente, los alimentos no están para ser tirados, ni tampoco las palabras. 

Dono nos entrega en este libro un catálogo de todo lo que debemos masticar aunque ya estemos llenos, aunque se vea feo en el plato, aunque la tripa  duela... porque incluso si el mundo es cruel, su poesía nos enseña a digerirlo. 

Luna Miguel
El libro
Autor: Maite Dono
Título: Sobras
Ilustración: Cristina Llorente
ISBN: 978-84-15048-15-2
Colección: Cuarto Menor 8
PVP: 16€

Datos técnicos
Primera edición, 666 ejemplares
120 páginas 

24 x 14,5 cm
Papel: CreadorVol 100 gr
Cubierta: Creator silk 350 gr
Tipos: Caslon, Verdana y Haettenschweiler

Otros libros de Maite Dono en El Gaviero: Circus girl




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Qué más da

Foto: Museo Comarcal de Hellín


–Te equivocas, Vargas. Sólo pueden amar los que van al mercado sin la pértiga de la moneda, los luchadores que roban meteoritos en los huertos grises, las aviadoras que arañan el sol encima de la aspereza...
Pedro Casariego Córdoba, Qué más da 

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domingo, 10 de febrero de 2013

2013 año de serpientes y versos. Otra antología gaviera.


Monstruo de Pelayo Romero Suárez

Pronto las flechas lloverán sobre nosotros con
un sucio silbido de serpientes malheridas.
Francisco J. Martínez Morán, Peligro de vida


Tengo las células de estambre y el abecedario se me desliza como una serpiente de tinta por las piernas.
David Meza, El sueño de Visnu

La cabeza letal de la serpiente,
la que se vuelve mano que estrangula,
sin perder la cabeza que aún es
y que canta,
        macabra, 
su veneno.
Lorenzo Oliván, La noche a tientas

Ángel había dicho las mujeres son como serpientes, cuando muerden te matan de amor.
Natalia Manzano, Apnea

De mi boca comienzan a caer serpientes
en putrefacción. No busquéis más. La locura no existe.
Begoña Callejón, Cenicienta en sangre

y todas las serpientes saldrán de sus letargos para matarme porque con seguridad me abandonarán un día lo harán
Maite Dono, Circus girl


La serpiente empujaba
y a Eva le entró el gusanillo.
Germán Guirado, Menos tú

Cuidado pues con la mujer libre. Cuidado con el ángel tembloroso de la lujuria. Dalila, Salomé, la ruina del pueblo griego entre los labios de Helena. Cuidado con ellas pues una serpiente habita en su corazón y su mordedura es invisible y mortal.
Raúl Quinto, Idioteca

No agites las velas, que amaine el viento
para que el mar no se cubra de serpientes.
Teresa Domingo, Luzbel de penumbra

Monstruo de Pelayo Romero Suárez

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viernes, 8 de febrero de 2013

Mi padre y yo. Un western. Dos reseñas y una entrevista


Foto: Ana Santos Payán
Mi padre y yo. Un Western por David Urgull para Factor Crítico

Los juegos freudianos existían antes de que el doctor Freud hablara de ellos, pero fue el vienés quien les dio nombre y cierto colorido onírico con olor a puro. Las relaciones paterno-filiales siempre han dado para mucho y por mucho que cambien los parámetros familiares seguirán dando para más. En eso pueden estar tranquilos los defensores de la familia tradicional, esos que enarbolando la cruz reclaman un único modelo familiar, los papás (el Papa también) seguirán jodiendo a los hijos y viceversa. Los lazos familiares son un tópico literario, uno de los grandes temas desde que el ser humano aprendió a reflexionar sobre sí mismo, como el amor y la muerte. Son los cimientos que marcan nuestro carácter, los pilares indivisibles que nos hacen ser lo que quiera que seamos y que en el caso de los escritores siempre quedan visibles en su narración. Luego está el enfoque que se le quiera dar (o que se le pueda dar) a esa relación tan íntima que cada cual tiene con su progenitor. Los hay que optan por la introspección psicoanalítica y sacan sus fantasmas a relucir en cada frase compartiendo las torturas internas con el lector. Los hay que prefieren la aniquilación total de aquel que aportó su semen para que él existiera y practican un fratricidio sangriento y macabro con luz y taquígrafos.  Los hay que lo camuflan y hacen juegos de sombras con ese espectro del que nunca logran librarse. Por último, los hay que eligen el humor, la ironía, el sarcasmo, para enfrentarse cara a cara, para dejar las cosas claras con su papi. Juan Manuel Gil pertenece a este último grupo.
Juan Manuel Gil es un treintañero que le da al verso; que nació en Almería; que estuvo algún tiempo bajo las faldas protectoras de la Fundación Antonio Gala, aunque no parece que la experiencia le haya dejado mayores secuelas; que escribió un buen libro de rimas hace unos años: Inopia, Premio de Poesía Andalucía Joven 2008; que colabora en La voz de Almería; que fabrica un blog llamado La casa del nadador y que acaba de publicar un libro titulado: Mi padre y yo, un western.
Ya el título merece por sí solo toda la atención. Es en sí mismo un verso redondo, un aforismo inapelable, toda una narración completa, con planteamiento, nudo y desenlace al más puro estilo Monterroso, un microrelato que le dicen ahora. Con eso valdría, no me digas más, Juan Manuel, sé de qué me hablas, mi padre y yo, un puto duelo al sol, mi padre y yo, solo ante el peligro. Sin embargo hay que abrir el libro, es corto, apenas cuarenta páginas, así que no da pereza. El prólogo despista y ambienta a la vez, como una buena melodía de armónica al más puro estilo Morricone. Y enseguida empieza el tiroteo, porque eso es este libro, un tiroteo incesante entre un hijo que busca al padre y un padre que dispara todo el cargador contra su hijo. Ahora bien, no hay que asustarse, no es una película de Peckinpack, aquí no muere nadie. Más bien al contrario, el tambor del revólver del padre está cargado de retranca, de sorna, de ingenio, de un sarcasmo que te perfora las neuronas y que con socarrona malaleche va mostrando al hijo esas verdades que solo un padre conoce. Un ejemplo, un disparo:
YO: A veces siento un vacío interior que no sé nombrar. Quizá nostalgia. Quizá melancolía. Quizá miedo.
MI PADRE: Juan, si fueses normal simplemente sería hambre.
Y así todo el libro, con el padre siempre disparando entre ceja y ceja sin errar un tiro. Puede parecer, con tanto desencuentro, que esta última obra de Juan Manuel Gil reflexiona sobre la eterna y recíproca pregunta que siempre subyace entre un padre y un hijo: ¿Quién coño eres tú? Así es, pero no. Según se gastan las balas uno va descubriendo la ternura camuflada del padre, la intención didáctica de sus reflexiones, el traspaso de la brújula vital que ayude al vástago a seguir el camino correcto o al menos a no ir por la senda por donde él ya fue. Claro que, como siempre, al final, los hijos hacemos lo que nos da la gana, igual que hicieron nuestros padres con sus padres. Pero algo queda, allá en lo profundo.


¿Está papá?, que se ponga. Por Juan Luis Tapia para Ideal
El trabajo de creación literaria se exhibe a través de "el diálogo intergeneracional de dos seres obligados a vivir cada uno en un momento determinado"

Yo: Papá, ¿cómo estás hoy? / Mi padre: Espera, que es tu madre la que lleva ese asunto. Te paso con ella. /... [Al teléfono]/ Mi padre: Juan, nada, que estoy aquí con la familia charlando de esto y aquello y queríamos preguntarte. ¿A que no pasa nada si me dejo tu libro a la mitad?». Esta es una de las muchas conversaciones padre e hijo que contiene 'Mi padre y yo. Un western' (Ed. El Gaviero), del almeriense Juan Manuel Gil, y que un día colgó en Facebook. «El libro es una recopilación de las conversaciones que mantenía con mi padre, y que trasladaba al Facebook», dice Gil. «Aquellas conversaciones tuvieron mucho éxito y me convertí en un cazador de las contestaciones de mi padre, unas charlas que eran como un duelo de western, de ahí el título del libro», comenta. 'Mi padre y yo' contiene la naturalidad y la espontaneidad de las conversaciones, pero sobre todo un humor que conduce a la reflexión. No ha sido una mera transcripción de los diálogos entre Juan Manuel y su padre, «porque debía crear el personaje, que a la vez es mi padre, recrear las situaciones que se describen, contextualizarlas», explica el autor.
El trabajo de creación literaria también se exhibe a través de «el diálogo intergeneracional de dos seres obligados a vivir cada uno en un momento determinado, en el que salen a la palestra una serie de historias que bien pueden constituir un relato, la confrontación de dos puntos de vista. Dicen que Juan Manuel Gil se encuadra en esa nueva generación de autores españoles con Luna Miguel, entre otros, a la cabeza, así como Camilo de Ory. Su literatura, afortunadamente en estos tiempos de etiquetas y narrativas previsibles, es inclasificable. "Mi padre y yo" va camino de convertirse en un libro de culto. Las razones las da el poeta granadino Antonio Mochón: «El autor da en la tecla exacta para retratar un mundo muy particular, el que se crea entre un padre nada convencional y su hijo, y lo hace mediante unos brevísimos e inspiradísimos diálogos que trazan un camino de aprendizaje donde el humor señala, en un puzzle que el lector enseguida reconoce y recompone, el camino hacia el amor».
«Este libro me pone en mi sitio. Me hace reír y pensar. Me obliga a estar despierto. Me sacude con una ternura absolutamente despiadada. Este libro no lo he escrito yo solo. Bueno, no lo he escrito yo. Mejor aún: seguirá escribiéndose. Aquí subrayo la idea principal: este libro es un extraño divertimento protagonizado por mi padre. Ese hombre que leía novelas del oeste», dice Gil. Ante tanta 'literhartura' llega este frescor que rompe la monotonía experiencial de la poesía, de los textos y recupera la rebeldía literaria. Juan Manuel Gil demuestra que la risa hace pensar, y que no duele.

Fuente: Ideal


"Mi padre y yo. Un western" en el programa "Atrévete a leer". 

Aquí podéis descargar el audio. Fecha de 02/05/13.

Fuente: Radio Ejido


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